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Contenido: | Introducci�n | 1. EL L�DER RECREADOR DEBE... | 2. ORIENTACIONES GENERALES PARA EL DESEMPE�O | |
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Introducci�n
El objetivo de la formaci�n de los L�DERES RECREADORES, dentro de la concepci�n que se le ha dado al programa de capacitaci�n en recreaci�n, va m�s all� de tener espacios para el desarrollo de habilidades t�cnicas o pr�cticas en quienes ser�n los responsables de los programas recreativos en su localidad.
En esta perspectiva, el desarrollo de habilidades es apenas uno de los componentes requeridos para el desempe�o del recreador, pues es necesario contemplar algunos atributos complementarios referidos a la actitud propia de quien planea, gestiona y mantiene permanente contacto con la comunidad y con sus dirigentes.
En concreto se considera que el proceso de formaci�n ha de desarrollarse bajo varios� supuestos:
� Unos niveles de concertaci�n m�nimos en relaci�n con las expectativas de quienes coordinan administrativa y t�cnicamente los programas comunitarios.
� La construcci�n con los l�deres recreadores, de un perfil de competencias b�sico articulado a sus sue�os y prospectiva tanto personal como del proyecto.
� Articulaci�n al proceso de formaci�n del proyecto de vida de los recreadores� en una b�squeda de sentido� y de permanencia de los mismos en los programas de orden comunitario.
Esta propuesta se constituye en la base para la auto-formulaci�n de un plan de formaci�n a largo plazo, con el fin que los recreadores tengan la posibilidad de cualificarse debidamente con miras a posicionar a la recreaci�n como una opci�n laboral.
Alcanzar un conjunto de competencias de una manera integral requiere del dise�o y puesta en marcha de un proceso de educaci�n continuado, de tal manera que permita no �nicamente la continuidad en los procesos de formaci�n sino tambi�n la oportunidad para que se puedan realizar ajustes sistem�ticos y de impacto
La implementaci�n de programas recreativos implica la existencia de l�deres recreadores, es decir, de personas especializadas, que comprendan la responsabilidad e impacto de los mismos en el desarrollo de la sociedad colombiana y quienes reconozcan en las diferencias culturales la posibilidad de enriquecer desde las caracter�sticas de su entorno local, la vivencia l�dico pedag�gica del ser humano y por consiguiente de la comunidad.
De esta manera, la construcci�n colectiva de un modelo de competencias para el recreador, se constituye en un espacio para unificar criterios en torno a los conocimientos, habilidades y responsabilidades que se requieren para garantizar la calidad del servicio que se ofrece y, por ende, el logro de su visi�n, misi�n, objetivos y expectativas de proyecci�n.
Por lo anterior, se presenta el taller de construcci�n colectiva del perfil del recreador, en el que, partiendo de las experiencias y el conocimiento del entorno, se analizan y definen las competencias t�cnicas y humanas que deben tenerse, entrenarse y adquirirse para el desempe�o de su rol.
Objetivos
C Construir de manera colectiva el perfil de competencias t�cnicas y humanas del recreador,� que garanticen el cumplimiento de los prop�sitos y objetivos de los programas a implementar, a trav�s del� an�lisis de dos niveles de competencias: pedag�gico y administrativo,� en los que se contemplen las tres dimensiones del desarrollo del ser humano: EL SER, EL SABER Y EL HACER.
C Reconocer la importancia de un proceso de autoformaci�n que le permita al l�der recreador fortalecer los niveles de competencias y compartir con otros las fortalezas que posee.
C Formular un plan de autoformaci�n que permita suplir las necesidades particulares de las personas y del contexto local, reconociendo en las fortalezas de otros la posibilidad de apoyar el desarrollo de dichos programas.
Metodolog�a
Para la construcci�n colectiva del perfil de competencias del recreador, se implementa la metodolog�a de taller, en la que se conjugan los fundamentos te�ricos con las actividades pr�cticas,� de manera que partiendo de aclaraciones conceptuales frente a los niveles y dimensiones, en las que se basa el enfoque que se pretende dar al perfil, los participantes, organizados por grupos de trabajo determinan a partir del di�logo y la concertaci�n, las competencias requeridas desde la mirada de este enfoque.
Utilizando la plenaria como mecanismo, se dar�n a conocer las conclusiones de los grupos, a la vez que se ir� consolidando la informaci�n de forma que finalizada la plenaria, se entregue como resultado, el perfil ideal de competencias, para entrar a reflexionar, de manera individual, frente a las debilidades, fortalezas y necesidades de cada uno, con respecto al resultado del ejercicio anterior.
Por medio del desarrollo de la gu�a de trabajo, los estudiantes dise�an el plan de autoformaci�n,� identificando las posibles fuentes que brinda el contexto para fortalecer o desarrollar las competencias que se plantean en el perfil ideal.
Para finalizar, cada uno de los grupos presenta las conclusiones del ejercicio y las expectativas de apoyo requeridas.
Actividades
� Momento I:������� �������� Aclaraciones conceptuales y explicaci�n de la metodolog�a � Momento II:��� �� Construcci�n del perfil de competencias (trabajo en grupos y� plenaria) � Momento III:��� � Sensibilizaci�n y elaboraci�n del plan de auto-formaci�n � Momento IV:��� � Plenaria y conclusiones � Momento V:���� � Evaluaci�n del taller
1. EL L�DER RECREADOR DEBE...
PERFIL DE COMPETENCIAS DEL RECREADOR PLAN DE AUTOFORMACI�N
El prop�sito para el cual fue dise�ada esta� gu�a es, principalmente, el de descubrir las debilidades y fortalezas del participante, desde una mirada individual y autocr�tica. A lo largo de la capacitaci�n iremos observando y evaluando el proceso de construcci�n y fortalecimiento del perfil del participante.
Por ser de car�cter individual y totalmente personal, lo invitamos para que desarrolle cada uno de los �tems de una manera cr�tica y anal�tica, ya que le ayudar�n a construir su propio plan de formaci�n.
Mencione las fortalezas, desde EL SABER, con las cuales usted cuenta para el cumplimiento del perfil de competencias:
Relacione las fortalezas que, desde EL SABER HACER, usted considera tener para el desempe�o de su labor como recreador:
Enumere las fortalezas que, desde EL SER, usted considera tener para el desempe�o de su labor como recreador:
De acuerdo al an�lisis de las competencias requeridas para el desempe�o de la labor del recreador, mencione las fortalezas adicionales que, COMO PERSONA, usted puede aportar al mismo: �
Cu�les son los campos o aspectos en los cuales, seg�n usted, requiere de mejoramiento y / o profundizaci�n y que contribuir�n notoriamente a hacerlo m�s competente:
2. ���ORIENTACIONES GENERALES PARA EL DESEMPE�O DEL� LIDER RECREADOR
A continuaci�n esbozaremos algunos aspectos que deben ser tenidos en cuenta por cada uno de los participantes del Programa de Formaci�n B�sica en Recreaci�n, con el prop�sito de que se apropien debidamente y sirvan como insumo para delinear su perfil personal y laboral. Deben abordarse con criterios de apertura y siempre considerando que tales condiciones son de suprema importancia para garantizar el �xito de nuestra gesti�n y el impacto que podamos lograr en la poblaci�n beneficiaria.
El Recreador es Sujeto Pol�tico. Una persona dispuesta, sensibilizada y capaz de re-crear y trasmitir valores positivos a su comunidad que se proyecten hacia el mejoramiento de la calidad de vida, por tanto, solidario, tolerante, justo, reflexivo, din�mico y creativo. Hace parte de un voluntariado que aspira a generar y orientar cambios en el grupo a su cargo y por lo tanto cumple una funci�n concientizadora sobre� la realidad, ya que a trav�s de su accionar creativo fortalece los principios democr�ticos de identidad y de participaci�n, necesarios para la re�construcci�n de una nueva sociedad.
El Recreador es un verdadero L�der. Pero este rol no es fruto solamente de la imposici�n por hab�rsele asignado la orientaci�n de un grupo; el liderazgo contempla la aceptaci�n por parte de este �ltimo y debe consolidarse permanentemente por su eficiente direcci�n. Es, igualmente, forjador de lideres y por lo tanto beber� saber motivar a los miembros del grupo a asumir dicho papel promoviendo su continua participaci�n, facilitando las herramientas y orientaciones m�nimas para que a partir de ellas desarrollen su propio proceso de construcci�n de� conocimientos acorde con sus intereses y expectativas.� En este aspecto es importante que no imponga sus propios criterios exclusivamente, sino que permita y propicie la toma de decisiones libre y espont�nea. El Recreador ha de ser un l�der con seguidores, no un jefe con subordinados.
El grupo a su cargo
La identificaci�n y el reconocimiento de las caracter�sticas, intereses y expectativas del grupo que se orienta son elementos de suma importancia que influyen� notablemente en la identificaci�n de los beneficios de la recreaci�n y se relacionan directamente con las aspiraciones del Recreador, pues este deber�� identificarse con el grupo y no esperar que suceda a la inversa; de all� la importancia de que la asignaci�n se haga por� elecci�n y no por imposici�n; en tal sentido, resulta conveniente reconocer algunos rasgos particulares de ciertos grupos de personas, sin pretender por ello tipificarlos en su generalidad. Presentamos algunos de ellos, acompa�ados de ciertas sugerencias para su abordaje:
Ni�os estudiantes de Instituciones
El ambiente social de algunas instituciones se caracteriza por brindar modestas oportunidades de interacci�n adecuadas al ni�o, sus compa�eros y el maestro, lo cual conduce a un cierto desfase en el proceso de socializaci�n infantil. Socializaci�n b�sica y fundamental en los procesos de aprendizaje que debe conducir, como es obvio, al desarrollo de conductas positivas de cooperativismo y que en ocasiones se reduce �nicamente al espacio del recreo. De all� que las manifestaciones de �indisciplina� se deban reconocer como intentos o mecanismos del ni�o para acercarse a los otros socialmente.
Podemos encontrar ni�os muy despiertos y motivados aunque su fluidez y expresi�n verbal los hace ver como demasiado limitados. Como todos los infantes, son �vidos de conocimiento� y creativos cuando se les estimula y reconoce de manera permanente; de tal manera, el l�der recreador no solamente motivar� la participaci�n sino que la estimular� dando la importancia merecida y adecuada a toda intervenci�n.
Ni�os no escolarizados
Su entorno social es similar al de los anteriores, pero a diferencia de aquellos, su contacto formativo procede por lo general del hogar, donde usualmente sus padres no dedican suficiente tiempo al desarrollo de sus habilidades, raz�n para vincularlos decididamente a procesos creativos. Son f�cilmente motivables al emplear la narraci�n de f�bulas y cuentos cortos bien condimentados con imitaciones, gesticulaci�n y expresi�n corporal; no son muchas las cualidades histri�nicas que se requieren para ello y facilitan la identificaci�n de roles. El lenguaje sencillo y la demostraci�n minuciosa de las instrucciones son elementos indispensables en el desarrollo de las actividades; su tratamiento debe ser� personalizado pues se distraen con facilidad, por lo que se recomienda el trabajo con grupos reducidos; piense que el Recreador es, quiz�s, SU PRIMER MAESTRO� y que de ello depende en gran medida su proyecci�n en el� sistema escolarizado.
Personas de la Tercera edad
Si bien es cierto que desde un principio se encuentran suficientemente� motivados �de lo contrario no estar�an all�-, este elemento no se puede descuidar en ning�n momento. Como grupo, son bastante solidarios y cohesionados, pero su iniciativa individual muchas veces depende de una adecuada orientaci�n; para ello, se debe evitar la imposici�n de �rdenes r�gidas y, mas bien, aprovechar al m�ximo las experiencias de cada uno. Para algunos de ellos, el Recreador representa la imagen afectiva de quien los escucha y los comprende y, sobre todo, de quien les dedica su tiempo. Se pueden mostrar menos perfeccionistas que los grupos juveniles y, por tanto, debe reconocerse que todos� los intentos son v�lidos y dignos de aplaudir.
Grupos Juveniles
Parecer�a el grupo al cual el Recreador puede adaptarse con m�s facilidad por la compatibilidad de edades y caracteres y por la comunidad de intereses. Sin embargo, no es tan sencillo lograr prontamente la aceptaci�n de un �extra�o� dentro de un grupo pr�cticamente cohesionado, y mucho menos si se considera que entra a desplazar a los lideres reconocidos; por el contrario, ser� un tanto complicado ganarse ese sitial. No obstante, el l�der recreador tiene una gran ventaja: est� preparado; ha recibido una formaci�n para tal y es consciente de que debe apoyarse en aquellos para obtener dicha aceptaci�n, sin dejarse envolver o formar �cuadros de preferencia� que generen irritabilidad en los dem�s. Atenta contra la cohesi�n del grupo.
�El estatus del l�der est� dentro del grupo y no fuera de �l�. El l�der no es inmune a las acciones del grupo si se desv�a demasiado de la conducta aceptable que prevalece en aquel. La concepci�n de autoridad propia de esta etapa del ser humano lo har� entender que el Recreador no es el maestro que se las sabe todas, sino el amigo que puede orientar mejor un proceso, que tiene m�s recursos o que da un mejor manejo a los recursos y aportes del grupo, los cuales deben ser tan o m�s importantes que los suyos.
Aportar� su experiencia, pero sin imponer �su autoridad�. Ser� necesario dise�ar actividades que generen an�lisis y contemplaci�n de alternativas variadas buscando un equilibrio adecuado entre la autoridad y la flexibilidad en la conducci�n del grupo. Los j�venes se muestran m�s insatisfechos, susceptibles y anal�ticos, de all� que sea mas que conveniente tener muy en cuenta, y direccionar, sus sugerencias en el desarrollo de las actividades, para que el proceso no se convierta simplemente en la b�squeda de un resultado �a toda costa o por cualquier medio�.
Ni�os discapacitados
Para abordar el trabajo con esta clase de grupos, es imprescindible que el l�der recreador tenga no solamente voluntad de servicio o inclinaci�n vocacional, sino una formaci�n adecuada en Educaci�n Especial. En primera instancia, el grupo debe ser tan reducido y homog�neo como sea posible, ya que la atenci�n deber� ser mucho mas personalizada que en cualquiera otro. El acto recreativo deber� estar dirigido particularmente al desarrollo de las habilidades sico-motoras finas (visuales, auditivas, t�ctiles) y cognitivas (grado de atenci�n y concentraci�n) que le permitan al ni�o una mas afectiva aprehensi�n del medio. Se debe considerar que la asimilaci�n del entorno no es igual en un ni�o con deficiencia en el lenguaje articulado que en otro con deficiencias auditivas, por solo citar un ejemplo. De ah� la importancia de poseer cierto grado de� especializaci�n.
Es fundamental la participaci�n de los padres del menor en todas las etapas y actividades del proceso, quienes complementar�n la labor del Recreador con su afecto y apoyo decididos.
La definici�n de objetivos
Toda actividad que se realiza tiene de por s� una finalidad y debe perseguir un objetivo especifico, educativo, formativo, l�dico, ilustrativo; nada se hace por el simple hecho de hacerlo, aunque el juego y la recreaci�n deber�an estar desprovistos de cualquier condicionamiento externo; por lo tanto, para adelantar cualquier proyecto o evento deben fijarse prop�sitos claros y alcanzables, pero no por ello limitados, pues no debemos olvidar que uno de los fundamentos que sustentan nuestra labor es precisamente su CAPACIDAD DE TRASCENDENCIA. Esto quiere decir que si bien los objetivos deben ser alcanzables, deben dejar la puerta abierta para la definici�n de nuevas metas, a manera de pelda�os que conservan una continuidad.
La formulaci�n de los objetivos debe contener aspectos claramente observables pues su evaluaci�n permanente resulta esencial para la re-afirmaci�n o el re-planteamiento de las estrategias y m�todos empleados; por lo tanto no deben sustraerse exclusivamente al campo de los resultados finales. En este sentido, el dise�o de los objetivos y de las actividades l�dicas con las cuales se pretende alcanzarlos debe comprender criterios de complejidad gradual (ascendente) en una dimensi�n tal que sean acordados por los miembros del grupo de acuerdo a sus posibilidades, intereses y expectativas y que por lo tanto sean susceptibles de adaptaci�n. Las actividades y juegos, as� mismo, habr�n de perder su rigidez y dar espacio a la flexibilizaci�n y modificaci�n espont�nea de su normatividad. Este es un paso fundamental para dinamizar la construcci�n del juego libre, objetivo especifico de la recreaci�n.
Partiendo de lo anterior, se hace necesario relacionar, a manera de orientaci�n, algunos tipos de objetivos que son de f�cil comprensi�n: actitudinales, procedimentales y de resultados.
Los actitudinales se refieren propiamente a la respuesta que se espera obtener de parte del grupo y en particular de cada uno de sus integrantes; deben perseguir la motivaci�n, el entusiasmo, la participaci�n activa, el inter�s con respecto al tema que se desarrolla o a la actividad que se realiza.
� Ejemplo 1. �Fomentar en el participante el inter�s por la conservaci�n y el cuidado del Medio Ambiente� (Mediante la consideraci�n y apreciaci�n del entorno domestico o escolar, el auditorio construir� las conclusiones de acuerdo a sus vivencias) � Ejemplo 2.� Reconocer la capacidad de concentraci�n y atenci�n del participante en el seguimiento de instrucciones�.
Los objetivos� procedimentales� plantear�n metas que permitan evaluar las estrategias, m�todos y t�cnicas a utilizar, promoviendo el conocimiento y la practica de los mismos, reconocibles a trav�s de la participaci�n, la iniciativa, la imaginaci�n y creatividad y la libre elecci�n de alternativas, encaminando el proceso hacia la toma de decisiones. Estos objetivos son los que mejor identifican el esp�ritu y la filosof�a del proyecto, por cuanto se centran en la actividad pr�ctica de aprender haciendo y fomentan la� b�squeda de nuevas posibilidades de an�lisis y resoluci�n de problemas.
� Ejemplo 1. �Fomentar en el participante el desarrollo de las habilidades creativas mediante la manipulaci�n libre de empaques de cart�n ( o plastilina, papel mach�, etc.)�. � Ejemplo 2. �Reconocer en el individuo su actitud participativa en la determinaci�n y/o modificaci�n de normas dentro del juego libre�.
Los objetivos� de resultados est�n dirigidos principalmente a resaltar la aplicaci�n y la trascendencia de lo obtenido, por lo cual no se deben entender como objetivos terminales, ya que deben comprender conductas y comportamientos proyectables hacia el entorno.
� Ejemplo 1.�Desarrollar en el auditorio la conciencia reflexiva con respecto al uso del agua en el hogar, la escuela� y la comunidad� � Ejemplo 2. �Desarrollar en el participante los criterios democr�ticos y de tolerancia, necesarios para la convivencia y la resoluci�n pacifica de conflictos�.
El componente ludico�pedag�gico
Son notorias e indiscutibles las posibilidades y ventajas de la pedagog�a l�dica, de la metodolog�a recreativa bien aplicada, en los procesos educativos. El t�rmino RECREACI�N, para el caso, deber� entenderse como el medio con posibilidad de generar nuevas realidades y no solamente de re-crear las mismas, a trav�s de actividades l�dicas. Actividades que, a decir de J. Dumazedier, �posean las funciones principales de Descanso, Diversi�n y Desarrollo de la personalidad�, contrarrestadoras del cansancio propio del trabajo impuesto, del aburrimiento y de la alineaci�n de un sistema consumista, tambi�n impuesto y condicionador; por tanto se buscar� ante todo desarrollar aprendizajes para el uso positivo y creativo del tiempo libre y no solamente para su consumo.
Los talleres �importante herramienta metodol�gica- deben entenderse como actividades de trabajo pr�ctico que a trav�s de informaci�n e instrucci�n generan un producto especifico que pretende analizar y resolver problemas, vivenciar procesos, desarrollar la creatividad y promover el inter�s por la cultura, la ciencia y la t�cnica. Por ello, el producto (conocimiento) debe trascender y proyectarse (ser ampliado y aplicado a la vida).
Es importante que el Recreador promueva en el grupo la participaci�n intencional con el fin de generar seres para la creaci�n, individuos cr�ticos, cuestionadores, pero ante todo constructores, que asuman conscientemente su compromiso con la tarea, con los compa�eros y con la realidad toda, pero no considerada como una imposici�n del medio sino como un instrumento de auto-formaci�n y enriquecimiento personal y social.
No es suficiente con que el Recreador maneje infinidad de recursos� y t�cnicas (Did�ctica), es necesario que le pertenezcan, que haya sido protagonista de su creaci�n y selecci�n y sepa� por qu� y para qu� las implementa (Pedagog�a). Debe ser consciente de que no podr� lograr en otros lo que �L no es. De all� la importancia de identificar no solo la clase de persona que quiere formar, sino qu� clase de persona requiere ser �L mismo para lograrlo. SU PROPIO PERFIL.
Las pr�cticas recreativas han de ser elegidas y placenteras y centrarse m�s en el aprendizaje que en la ense�anza y enfatizar m�s en lo grupal que en lo individual, resaltando que el hombre es un ser social, cooperativo, solidario, y no exclusivamente competitivo.
La mejor forma de alcanzar esta meta consistir� en que los participantes (de su grupo) logren hacerse cargo de todos los aspectos de organizaci�n y desarrollo de las tareas, incluyendo la formulaci�n de los objetivos. Solo as� fomentaremos la auto-gesti�n y daremos un gran paso que nos acerque al SUJETO POL�TICO, auto-reflexivo y proactivo; por tratarse de actividades electivas �libres de condicionamientos externos-, los participantes asumir�n conscientemente su desarrollo y resultados.
El documento �EL SERVICIO SOCIAL: Semillero para la construcci�n de Una Sociedad Civil�, editado por FUNLIBRE, ofrece algunas t�cnicas generales para asumir la metodolog�a de taller seg�n los prop�sitos que se persigan, pero su aplicaci�n eficiente depende del manejo creativo y oportuno que se haga de ellas. Son recursos que el Recreador debe conocer, interpretar, ensayar y evaluar para evitar la improvisaci�n y dar consistencia al proceso.
Los talleres recreativos, adem�s de servir de escenario para la ampliaci�n de conocimientos, conllevan al desarrollo de aptitudes y potencialidades y de las habilidades comunicativas, estimulando notoriamente la capacidad creadora; estos podr�n asumirse ejercitando alguno(s) de los m�todos se�alados a continuaci�n:
� Deductivo: Se llega a proponer conclusiones y alternativas de soluci�n a partir de una corta presentaci�n te�rica (Modelo L�gico).
A partir de la narraci�n de un cuento corto o una f�bula, se podr� llegar a conclusiones valorativas especificas o, con base en la manipulaci�n de elementos de modelado se pueden deducir sus propiedades distintivas: textura, maleabilidad, rigidez, etc.
� Inductivo: A partir de un ejercicio pr�ctico se genera informaci�n que debe ser analizada por los participantes llegando a un planteamiento te�rico que conduzca a la b�squeda de conclusiones y soluciones (Modelo Practico Vivencial).
En la elaboraci�n de un vivero, por ejemplo, se pueden introducir progresivamente elementos diferentes identificando entre ellos relaciones cada vez mas complejas hasta abarcar una totalidad, concluyendo en una afirmaci�n general sobre el comportamiento del ecosistema.
� Casu�stico: A partir del an�lisis de casos particulares o problemas reales o supuestos, se llegar� a una formulaci�n te�rica y se propondr�n soluciones pr�cticas (Supuesto Vivencial Trascendente)
Proponemos para este caso la din�mica de pensamiento -aportada por Edward De Bono en su obra �Aprender a pensar�- conocida como� P. N. I.� Donde, a partir de una situaci�n especifica, real o supuesta, se hacen juicios valorativos Positivos, Negativos e �Interesantes, respondiendo esta �ltima a la posibilidad de formular hip�tesis del siguiente tipo: �ser�a interesante si...�, �qu� suceder�a si...�, qu� interesante ser�a que...�, etc.
La efectividad de la metodolog�a a aplicar, como ya lo anotamos, depende de la habilidad del Recreador para seleccionar la m�s conveniente, seg�n cada caso, aunque lo primordial no est� tanto en el resultado final como en la participaci�n de los integrantes. De igual manera, la Pedagog�a L�dica debe comprender criterios claros de selecci�n y aplicaci�n evitando la� �dosificaci�n sistem�tica�, ya que se puede caer en la rutinizaci�n del proceso;� por el contrario, el Recreador deber� ser poseedor de un buen repertorio de recursos que le permitan motivar continuamente la tarea, ya sea para distensionar o para estimular al grupo; deber� ser, por tanto,� variada y espont�nea y dar cabida a las sugerencias de los participantes (flexible).
Es recomendable que tanto al inicio como al final de cada sesi�n recreativa se hagan din�micas grupales de reconocimiento y afianzamiento tal como las descritas en el documento mencionado y reconocidas como actividades de Animaci�n Socio Cultural, una buena fuente de ellas se encuentra en la carpeta� �Men� de Recreaci�n�,� publicada por COLDEPORTES CUNDINAMARCA y que contiene actividades recreativas de campo y de recinto cerrado, juegos de presentaci�n, de integraci�n, de animaci�n, de coordinaci�n, juegos aut�ctonos, penitencias, din�micas de aplauso y otras que, a mas de divertir, procuran la agilidad mental, el fortalecimiento de habilidades, la identificaci�n cultural, el conocimiento del grupo, el auto-dominio y la confianza.
Otros recursos did�cticos que motivan notablemente la participaci�n dial�gica �no pasiva- de la audiencia son los cuentos cortos y las f�bulas, de los cuales se pueden extraer conclusiones a manera de moralejas, principios �ticos y de convivencia, muy apropiados para grupos infantiles y juveniles. En t�rminos generales, cuando se estimulan ampliamente la imaginaci�n y la creatividad, se puede sacar buen partido de actividades sencillas para prop�sitos espec�ficos, como formar en los principios democr�ticos mediante juegos reglados populares tales como �el maniqu�, �la lleva�, �las estatuas� o �el puente est� quebrado�.
Finalmente, tengamos en cuenta que, en muchos casos no se cuenta con los recursos necesarios para el desarrollo de las actividades, raz�n por la cual el Recreador habr� de ejercitar toda su creatividad para aprovechar los recursos del entorno o los que sean de f�cil obtenci�n o elaboraci�n por los participantes, motivando la utilizaci�n de materiales de desecho como cajas y empaques de cart�n, botellas y vasos pl�sticos desechables, pitillos, tapas de gaseosa y otros. De igual manera, los espacios f�sicos disponibles deben ser utilizados en toda su amplitud de ser posible; el efecto psicol�gico y la sensaci�n de libertad que se experimenta son un buen aliciente para las actividades.
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