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Documento:

LA GESTION Y LA FORMACION DE
PROFESIONALES EN RECREACION

Autor:

CARLOS ALBERTO RICO A.

Presidente FUNLIBRE

Origen:

Art�culo escrito para la Revista RETO.

A�O: 2005

 

 

 

 

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Con mayor o menor grado de institucionalizaci�n, en todos los pa�ses de la regi�n se gestionan procesos y eventos recreativos,

Gestionar supone fundamentalmente adelantar 3 procesos: 1) El de priorizaci�n de los servicios a ofertar y prestar con base en el estudio de necesidades y el dimensionamiento de los recursos disponibles, 2) El de estructuraci�n de la respuesta, o sea dise�ar el programa pertinente, y 3) El de brindar la respuesta, o sea operar los programas de acuerdo con el dise�o.

El gestor debe responder porque los 3 procesos sean congruentes, y ello demanda de unas competencias espec�ficas bien para la articulaci�n de los mismos, o para garantizar que quienes deben adelantar cada uno de ellos lo haga adecuadamente.

Visto as�, ser�a de suponer que quienes gestionan recreaci�n procurar�an que quienes van a adelantar cada una de las fases del proceso tengan la formaci�n que les brinde de las competencias que ellos demandan, pero, parad�jicamente, no nos encontramos con que en la regi�n sean numerosos los programas de formaci�n en recreaci�n que cualifiquen al talento humano que tiene a su cargo la gesti�n total o el desarrollo de alguno de los tres procesos.

Aun m�s, si bien los programas de formaci�n en recreaci�n son escasos, a�n m�s, lo normal es que ni siquiera se haga referencia a la Recreaci�n Ambiental como campo de estudio y quehacer institucional espec�fico.

Contrasta ello con la situaci�n se�alada por Lynch y Veal en cuanto a que los estudios de ocio como se les conoce hoy en d�a emergieron en los 60s con el establecimiento en Estados Unidos de Am�rica -EUA- de la mayor investigaci�n gubernamental bajo los auspicios de la Comisi�n para la revisi�n de los recursos para recreaci�n al aire libre (ORRRC, 1962), la cual, siendo responsable de adelantar una basta investigaci�n, estableci� un patr�n que afect� el posterior desarrollo de los estudios de ocio, tanto all� como en el mundo angl�fono. En particular, la Comisi�n estableci� a los parques y la recreaci�n al aire libre como el foco de estudio en los recursos de ocio de ese pa�s, los que se asumen como importantes a causa de su relaci�n con el medio ambiente. Adicionalmente, la ORRRC instituy� el fen�meno de las encuestas sociales a gran escala como la base, tanto para el estudio del ocio, como para el desarrollo de pol�ticas gubernamentales.

Evidentemente no es lo normal en nuestros pa�ses encontrar Comisiones de esa naturaleza y mucho menos que existan estudios de ese tipo para la formulaci�n de pol�ticas p�blicas de recreaci�n. Si bien no pretendemos asumir que �stos sean los referentes a seguir, es claro que vale la pena aproximarnos a ellos ya que de una u otra forma los programas de formaci�n profesional en recreaci�n tuvieron en ese tipo de acciones una base para su desarrollo.

Como podremos observar, se han seguido distintos patrones en la estructuraci�n de programas de formaci�n profesional en recreaci�n en Estados Unidos de Am�rica y Australia -desde pregrado hasta Doctorado- y mientras tanto, en nuestra regi�n todav�a subsisten interrogantes sobre si se justifica o no el desarrollo de la formaci�n profesional en Recreaci�n, y que emergieron con mayor fuerza cuando pretendimos profundizar en la Recreaci�n Ambiental.

Qu� ha llevado a que en algunos pa�ses si exista la carrera profesional en recreaci�n y en otros no? Qu� explica que mientras hay programas exitosos en cuanto al n�mero de estudiantes, otros se ven obligados a cerrar o suspenderse porque no se presentan candidatos a estudiarlos?. Por qu� hay programas en instituciones p�blicas o privadas que independientemente del n�mero de estudiantes se siguen manteniendo? Que pasa con los egresados de los programas? Se desempe�an como profesionales en el �rea, caen en el desempleo o se dedican a otras actividades? Ser� que no se requiere estudiar recreaci�n para trabajar en el �rea?

Evidentemente las respuestas son particulares para cada pa�s, pero el plantearnos al menos el interrogante y reflexionar sobre las respuestas creemos pueden servir de insumo propositivo para impulsar el desarrollo del sector den la regi�n, m�xime cuando se considera el imperativo que tenemos los profesionales comprometidos con el tema de evaluar e incidir en las pol�ticas p�blicas de recreaci�n.

Para el efecto nos ha sido �til contrastar con nuestra realidad algunos planteamientos que se han hecho sobre el tema en 2 libros bastante completos y con 2 perspectivas diferentes sobre el tema: La Australiana, presentada por Rob Lynch y A.J. Veal en su libro Australian Leisure (Longman, Australia. 1997) y la Norteamericana, presentada por Karla Henderson y otros en su libro Introduction to Recreation and Leisure Services (Venture Publishing. USA. 2001), de los que hemos traducido y adaptado en lo pertinente apartes de las p�ginas 83 a 86 del primero, y 174 a 178 del segundo.

POR QUE ESTUDIAR RECREACION?

Con esta pregunta inician el capitulo 4 de su libro Lynch y Veal y es importante retomar sus ideas en la medida que brindan una perspectiva no solo de los m�viles sino igualmente de su naturaleza. Plantean ellos que la recreaci�n es estudiada por una variedad de razones:

-      Probablemente el grupo m�s grande de estudiantes es aquel que lo hace para proporcionarse una base para su actual o futura profesi�n. Estos pueden ser estudiantes de tiempo parcial que ya trabajan en el sector de la recreaci�n y la industria del ocio en una ocupaci�n profesional, o estudiantes de tiempo completo que planean hacerlo en un futuro.

-      Ello sucede en la medida que se asume que el trabajo profesional se basa en el dominio de un cuerpo de conocimiento te�rico, en el que, as� como los M�dicos deben entender anatom�a y qu�mica y los ingenieros deben entender f�sica, por ejemplo, las personas que trabajan como profesionales en el sector de la recreaci�n y el ocio necesitan comprender el fen�meno del ocio.

-      Otros estudian el ocio y la recreaci�n en su papel de investigadores, consultores o acad�micos. Algunos acad�micos est�n involucrados en la educaci�n o entrenamiento de profesionales de servicios de ocio y recreaci�n y su investigaci�n aplicada est� articulada a los requerimientos del sector de la recreaci�n y la industria del ocio.

-      Otros acad�micos estudian el ocio no solo por curiosidad acad�mica, sino igualmente como una contribuci�n a la b�squeda de conocimiento por su propio inter�s, Tal investigaci�n puede o no tener as� aplicaci�n inmediata o directa en las industrias del ocio.

-      Finalmente, se�alan, algunos acad�micos se ven ellos mismos como cr�ticos de la sociedad, y lejos de producir investigaci�n para asistir abiertamente al sector de la recreaci�n o la industria del ocio como esta organizada actualmente, producen investigaci�n que es, en mayor o menor grado, critica del papel de las industrias del ocio o del gobierno o de la sociedad como un todo y del lugar que se le asignan al ocio y la recreaci�n en este esquema de cosas.

Habr�a pues 2 m�viles b�sicos: el trabajar en el sector o el aspirar a comprender el fen�meno del ocio y la recreaci�n.

LA PREGUNTA PERTINENTE A NUESTROS PAISES

Siendo claras las razones para estudiar recreaci�n, no obstante en algunos pa�ses de la regi�n, y Colombia es un caso espec�fico, cabr�a precisamente formular la pregunta en un sentido inverso: Por qu� la gente no estudia recreaci�n?.

Una primera, y tal vez m�s obvia respuesta, ser�a porque en las Universidades e instituciones de educaci�n superior no se ofrecen programas de formaci�n profesional en el �rea, lo cual se�alar�a o bien que las Universidades no consideran este un campo de estudio que justifique ser objeto de un programa acad�mico, o bien porque actuando bajo las �leyes del mercado� consideran Y ENCUENTRAN que un programa de esta naturaleza -independientemente de su importancia social, y a�n econ�mica- no tendr� demanda y por tanto no se justifica abrirlo.

Si bien es cierto que no son muchos los programas de formaci�n en nuestros pa�ses, y m�s a�n que en donde los hay no se ofrecen en muchas regiones sino que se concentran en algunas ciudades del pa�s, lo concreto es que si existen algunos pero curiosamente, y tal es el caso especifico de Colombia, la mayor�a de los que se abren sufren infinitamente para conseguir estudiantes y llenar las plazas disponibles de sus carreras, por lo que muchos de ellos se ven abocados a cerrarse.

Otra dimensi�n de la reflexi�n para estructurar una respuesta, mirada desde el �ngulo de los estudiantes, ser�a, siguiendo el razonamiento de Lynch y Veal, que no lo hacen precisamente porque no pueden proveerse una base para su actual o futura profesi�n y quienes ya est�n trabajando en el sector no encuentran en el una ocupaci�n profesional o no ven que requieran estudiarla para dedicarse a ella.

Y no es que no haya trabajo en recreaci�n. Es que quienes definen los perfiles de los cargos no consideran importante tener esa formaci�n profesional. Aunque suena l�gico lo anotado por Lynch y Veal en el sentido que el trabajo profesional esta basado sobre el dominio de un cuerpo de conocimiento te�rico, y las personas que est�n trabajando como profesionales en las industrias del ocio necesitan comprender el fen�meno del ocio, pareciera que algunos de quienes lideran las organizaciones involucradas en la oferta de servicios de recreaci�n no se han dado cuenta de ello.

Cabr�a asumir que tienen lo que he denominado el "s�ndrome del recreacionista". Si yo me recreo estoy en capacidad de recrear o de definir como ayudar a que los dem�s se recreen. Entendiendo que el recreacionista es a la recreaci�n lo que el turista es al turismo, aplicar la l�gica que se ha seguido en la recreaci�n al turismo se�alar�a que el hecho que yo viaje me habilitar�a profesionalmente para gerenciar hoteles, agencias de viajes, ser gu�a tur�stico, etc. Y es evidente que en nuestra regi�n a ning�n due�o de hotel de categor�a colocar�a como requisito �nico para contratar un gerente hotelero el que �ste sea turista.

Ser� acaso la raz�n el que valoramos m�s la satisfacci�n del turista por efectos de que quien la disfruta trae impl�cito un pago que la de un recreacionista que en nuestros pa�ses no es fundamental dentro de la industria del entretenimiento sino en la vida laboral y comunitaria?. Ser� sin�nimo de recreaci�n de mala calidad para personas de baja calidad. O en otras palabras recreaci�n de pobres para pobres? Ser� que podemos dar el salto del dentista al odont�logo, o sea del recreacionista al Recre�logo?

Ante ese panorama es claro que es mal �negocio� estudiar recreaci�n para trabajar en el sector. Estudio otra carrera, me ayudo a pagar mis estudios con el trabajo como recreacionista y adem�s me recreo. Claro que ni ser� un trabajo profesional en recreaci�n, ni mucho menos �sta har� parte del proyecto de Vida del trabajador.

Y que sucede con la empresa que los contrata? Asumiendo que haya tenido la sensatez de capacitarlo, al menos en lo b�sico de las t�cnicas, perder� no solo la capacitaci�n brindada sino que igualmente nunca saldr� del proceso de hacer inducciones y reinducciones del personal.

Y que sucede con los usuarios de los programas y con las comunidades? Que ya no soportan el �s�ndrome del recreacionista� sino el �espanto del recreacionista�. No se han fijado en las multitudes de personas que literalmente "corren" -corremos- a escaparnos de esa peste del recreacionista de meg�fono que se nos acerca simp�ticamente en un centro vacacional a "recrearnos" o a "integrarnos" con los dem�s paseantes.

En un art�culo recientemente aparecido en una revista intitulado �Que no haya recreacionistas�, la autora describ�a perfectamente su impresi�n como usuaria de un hotel al sufrir lo que esos �Organizadores del tiempo libre institucionalizado, estos t�cnicos del recreo que se especializan en cosas para "desaburrirnos", pueden convertirse en la pesadilla del so�ado y planeado viaje de vacaciones� y que en sus palabras le permitieron por primera vez entender y sufrir en carne propia �ese concepto del existencialismo sartriano seg�n el cual "el infierno son los otros"�.

No es gratuito que si quien formula pol�ticas p�blicas sociales pasa por una experiencia �recreativa� de esta naturaleza no nos considera un sector importante. Asignar recursos p�blicos para recreaci�n cuando lo que se va a hacer es mandar un poco de muchachos a que �recreen� a la comunidad.

Evidentemente no ha habido una resignaci�n frente a tal situaci�n. Desde diversos frentes se puede exigir profesionalismo del trabajo recreativo, y ello ha estado asociado a la capacidad de algunas organizaciones de estructurar programas y procesos de recreaci�n con un grado de profesionalismo tal, que posibilitan vivencias que trascienden el divertimento o el rid�culo del recreacionista.

Igualmente y abordando la explicaci�n desde el m�vil del conocimiento del fen�meno del ocio, si bien se va a avanzando gradualmente en el n�mero de profesionales interesados y comprometidos con la disciplina, todav�a se enfrenta el crudo preconcepto de que ante la multiplicidad problemas sociales y econ�micos �serios� que aquejan a nuestras sociedades -desempleo, violencia, coberturas y calidad en educaci�n y salud, inseguridad, por mencionar algunos- ser�a il�gico detenerse a analizar temas m�s �triviales� y socialmente menos relevantes como el de la recreaci�n y el ocio.

LOS PATRONES DE LOS PROGRAMAS DE FORMACION EN RECREACION

Considera Henderson que durante el siglo XX se presentaron cambios en la forma en que se ha educado en las carreras profesionales en recreaci�n en los EUA, y propone su clasificaci�n en 4 patrones que caracterizan ese desarrollo:

Inicialmente, correspondiendo a los primeros desarrollos curriculares de inicios de siglo (1920-1940), la educaci�n en recreaci�n estaba separada y diferenciada de la educaci�n en parques, y a quienes la estudiaban se les dotaba para actuar como l�deres de programas o especialistas en actividades. Recib�an cursos en ciencias sociales y actividad f�sica. Por el contrario, los estudiantes orientados hacia los parques eran preparados para ser administradores de recursos de grandes propiedades de tierra, la preservaci�n y la gesti�n de sistemas de parques municipales. Su preparaci�n involucraba cursos en dise�o, arquitectura, horticultura y bot�nica.

-           Despu�s de la segunda guerra mundial, se intensific� el enfoque sobre la actividad f�sica. Aunque la recreaci�n hab�a sido vista por los desarrolladores de los primeros programas de formaci�n en recreaci�n primariamente como un medio para un fin, el curr�culo emergente en esta �poca enfatiz� un segundo patr�n donde la recreaci�n fue un fin en si mismo. Los cursos fueron orientados mayoritariamente hacia la actividad y fueron administrados por departamentos de educaci�n f�sica y/o educaci�n. Con el crecimiento de la recreaci�n al aire libre de fines de los a�os 50, otros cambios ocurrieron. Surgieron los Departamentos de parques y recreaci�n. Se establecieron nuevos programas de preparaci�n profesional en las Universidades, frecuentemente como departamentos separados de recreaci�n y parques que ya no estaban vinculados a la educaci�n f�sica. T�picamente ellos estaban m�s preocupados acerca de las pr�cticas administrativas y de gesti�n que a la preparaci�n de l�deres de actividades o guardabosques de parques. El entrenamiento t�cnico de los profesionales fue dejado a los Colegios Comunitarios y Escuelas T�cnicas. Los programas en escuelas de ingenier�a forestal y recursos naturales tomaron una orientaci�n mayor hacia el comportamiento, mientras que los curr�culos dependientes de departamentos de sociolog�a, educaci�n f�sica y educaci�n se tornaron m�s orientados hacia pol�ticas y programas.

-           El tercer patr�n fue el crecimiento de la recreaci�n terap�utica y la administraci�n de la recreaci�n como el curso de estudio e inter�s predominante. Los profesionales en recreaci�n terap�utica asociados ellos mismos con disciplinas de la salud y el crecimiento de profesiones de la salud aliadas. Como tendencia emergente, la recreaci�n terap�utica se enfoc� sobre la rehabilitaci�n y la prevenci�n de enfermedades secundarias. Acompa�ando �ste cambio en el enfoque ha estado la incorporaci�n de m�s cursos sobre negocios, ciencias de la salud, metodolog�as de evaluaci�n, mercadeo y teor�a del ocio. Algunas universidades con profundizaci�n en recreaci�n terap�utica han escogido localizar sus programas dentro de campos de la salud relacionados. El enfoque sobre gesti�n y programaci�n de la recreaci�n ha sido el est�ndar general del �nfasis para el campo en escenarios de trabajo comunitario. Ello incluye especialidades relacionadas con el sector donde los individuos desear�an trabajar as� como el inter�s por el tipo de edad o de actividad que ellos tienen.

-           El patr�n m�s reciente en los programas de educaci�n en recreaci�n en los niveles de educaci�n superior es la dirigida a viajes y turismo as� como la relacionada con la recreaci�n comercial lo que ha llevado a algunas universidades a enfatizar sobre el sector privado con �nimo de lucro. Igualmente en algunas universidades con programas profesionales en deporte han alineado programas de administraci�n deportiva con los de recreaci�n. Este campo de estudio abarca gesti�n del deporte comunitario local, campos de recreaci�n, y administraci�n del deporte profesional.

A nivel de postgrado la mayor�a de los programas de recreaci�n ofrecen una o m�s especializaciones tales como en administraci�n de recreaci�n y parques, gesti�n de recursos recreativos o servicios de recreaci�n terap�utica.

Con tales consideraciones, e independientemente del patr�n sugiere Henderson que la preparaci�n en recreaci�n en el nivel profesional deber�a: brindar a los estudiantes una amplia educaci�n general, equiparlos con las herramientas y metodolog�as de la profesi�n, y proveerlos con la experiencia pr�ctica a trav�s de pr�cticas y trabajo de campo supervisado.

El desarrollo de habilidades de investigaci�n y de soluci�n de problemas ser�a el �nfasis diferencial de pre a postgrado.

En cualquier circunstancia, una persona interesada en una carrera en recreaci�n deber�a obtener la educaci�n y experiencia apropiada para perseguir las oportunidades de trabajo deseadas.

Y NUESTRO ENFOQUE?

En nuestros pa�ses se dio una dicotom�a entre la recreaci�n impulsada desde el estado -centrada desde la educaci�n f�sica- y la de los movimientos sociales -centrada desde la educaci�n popular y la participaci�n social-.

En un primer momento se asumi� que el Licenciado en Educaci�n F�sica, pod�a por extensi�n dinamizar los procesos de recreaci�n y posteriormente, como en el caso colombiano, algunos de los programas profesionales de Educaci�n F�sica se transformaron en Programas de Profesional de Educaci�n F�sica y Recreaci�n y otros -m�s curioso a�n- en programas profesionales de Educaci�n F�sica, Recreaci�n y Deportes.

Hasta donde fue realmente un cambio en el enfoque o un simple cambio de nombre, lo reflejan los curr�culums. Se dan casos como el de un Programa de Educaci�n F�sica y Recreaci�n que de 45 asignaturas todo lo que concibe de recreaci�n son las de Juegos 1 y Juegos 2. Profesionales en Recreaci�n?.

Otra l�nea tuvo su origen m�s en la educaci�n popular y la participaci�n social. Procesos tipo YMCA -M�xico y Venezuela- donde se institucionaliza la carrera de Recreaci�n o en el caso Colombiano m�s en la l�nea Asociaci�n Cristiana Femenina 2 de cuyas l�deres de mediados de siglo pasado crearon la Asociaci�n Colombina de Recreaci�n y el Centro de Investigaciones en recreaci�n dirigida - CIRDI, entidades privadas con profundo compromiso social que marcaron en gran medida el desarrollo profesional de muchos actores sectoriales y que en su momento ofrecieron programas de Tecn�logo y T�cnico en Recreaci�n Dirigida, habiendo desaparecido ambos programas y entidades.

En lo p�blico surgen las carreras de Profesional en recreaci�n en la Universidad del Valle, actualmente en funcionamiento y dependiente del Instituto de Educaci�n y Pedagog�a, y el de Tecn�logo en recreaci�n, con opci�n de profesionalizaci�n en el Polit�cnico Jaime Isaza Cadavid, hoy sin funcionar.

Otra l�nea se encuentra en casos como el Brasil donde desde escuelas de educaci�n f�sica de Universidades se avanz� gradualmente en la profundizaci�n sobre estudios de lazer, llegando hasta el nivel de que una l�nea de maestr�a es la de recreaci�n e incluso, como en el caso de la Universidad estatal de Campinas, a que sea un Doctorado espec�fico.

Y LA (IR)RESPONSABILIDAD DE LAS ORGANIZACIONES QUE TIENEN QUE VER CON LA RECREACION?

Con o sin programas de formaci�n en recreaci�n existen instituciones que en su quehacer cotidiano, no espor�dico, operan programas de recreaci�n.

Por ejemplo en Colombia existen no solo m�ltiples entidades p�blicas con responsabilidades espec�ficas por programas y actividades de recreaci�n, sino tambi�n corporaciones sin �nimo de lucro que hace m�s de 30 a�os administran recursos parafiscales que deben destinar a programas de recreaci�n para los trabajadores y sus familias -son m�s de cincuenta entidades en este momento en el pa�s-. Sin embargo no se conoce del primer caso de una de ellas que tenga un equipo de recreaci�n conformado exclusiva o siquiera mayoritariamente por profesionales en el �rea.

De qu� es indicativa esa situaci�n? De que las entidades ofrecen unos programas de recreaci�n que no requieren un nivel profesional? Que se ha privilegiado la infraestructura sobre los programas? Que los profesionales en recreaci�n tienen mala formaci�n? Que no se considera importante el tipo y calidad de recreaci�n que se va a ofrecer a los usuarios? Que los usuarios no han comprendido despu�s de tantos a�os que quienes les dinamizan los procesos recreativos requieren unas competencias para que el servicio que compran tenga una adecuada calidad? Que la recreaci�n no es importante en el quehacer institucional? Que no es �negocio� brindar recreaci�n de calidad ya que de todas formas ante la carencia de oportunidades recreativas el usuario de todas formas se va a conformar con cualquier cosa?

Contrasta este escenario de empirismo con el de los par�metros que han seguido algunos pa�ses para el desempe�o profesional y que -aunque a muchos no les guste el modelo norteamericano- ha reivindicado constantemente la importancia de desarrollar y exigir ciertas competencias profesionales para el trabajo en recreaci�n, sugiriendo tres tipos de habilidades -personales, conceptuales y t�cnicas- con los siguientes par�metros:

La mayor�a de las personas que trabajan en recreaci�n y ocio deber�n hacerlo directamente con personas. As�, los profesionales en recreaci�n deben tener sensibilidad por la gente. Deber�n poseer habilidades comunicativas -incluyendo oratoria, escucha, escritura, presentaci�n clara y concisa de informaci�n- y de trabajo uno a uno y con grupos. Muchas de estas habilidades pueden ser desarrolladas y aprendidas en clases, pero un prerrequisito fundamental es el gusto por la gente.

-           Los profesionales en recreaci�n tambi�n necesitan habilidades conceptuales en t�rminos de comprender como se desarrollan y operan los grupos y como funcionan las organizaciones y las comunidades. Estos individuos necesitan ser creativos en la soluci�n de problemas, capaces de planear, implementar y evaluar programas y procesos de recreaci�n. Ellos tambi�n necesitan ser personas que comprenden como disciplinas tales como la psicolog�a, sociolog�a, econom�a, filosof�a y ciencia pol�tica se juntan para crear las intervenciones y servicios brindados. Esos individuos necesitan reconocer como cambia la sociedad y las implicaciones que estos cambios tienen para los programas y servicios de ocio y recreaci�n.

-           Las habilidades t�cnicas incluyen las de realizar los requerimientos del cargo tales como an�lisis de actividades, planeaci�n de un presupuesto, formulaci�n de planes de gesti�n de riesgos, promoci�n y anuncio de programas, mantenimiento de infraestructura. Muchas de estas habilidades se aprenden en los cursos de recreaci�n.

Tales par�metros que han orientado las exigencias de los ex�menes de certificaci�n para los profesionales en recreaci�n y parques nos hacen reflexionar sobre el compromiso que han tenido nuestras organizaciones recreativas para asumir responsablemente que trabajar en recreaci�n supone unas competencias profesionales.

Y es que la realidad nos muestra en concreto que muchas de nuestras organizaciones no han podido -o querido- dar el salto a una recreaci�n profesional. Hay mucha -much�sima- gente que trabaja en empresas que ofrecen y prestan servicios de recreaci�n sin nunca haberla estudiado, e incluso sin haber estudiado alguna disciplina que uno supone le brinde al menos alguna de las competencias de las que se exigen en otros pa�ses. Y ello no es un problema de esos trabajadores de la recreaci�n. La causa �ltima es la de los par�metros establecidos por las empresas y que posibilitan que esto suceda como un caso que conocimos en Colombia que fij� como perfil para el trabajo en recreaci�n ser joven, estudiante universitario, bien presentado, simp�tico y extrovertido. Y claro; es posible que a�n un estudiante de ingenier�a mec�nica o de veterinaria de el perfil.

Cabe resaltar que no se trata de censurar el recreacionista de meg�fono o al emp�rico. Se trata es de llamar la atenci�n a los gestores de la recreaci�n en nuestras organizaciones para que en virtud de su compromiso social con la garant�a de un ejercicio adecuado del derecho a la recreaci�n y en un proceso �tico de generaci�n de satisfactores adecuados para una necesidad fundamental como lo es la de la recreaci�n, obremos con una apuesta por la calidad profesional en nuestra oferta y prestaci�n de servicios.

Y un primer paso puede ser el de diferenciar al recreacionista del recreador. Recreacionista es todo aquel que se recrea y no aquel que dinamiza profesionalmente un proceso de recreaci�n.

Dinamizar procesos de recreaci�n supone unas competencias espec�ficas y ello demanda una formaci�n particular.

Tal formaci�n particular podr�amos empezar por diferenciarla seg�n el tipo de acci�n que demanda el proceso en las organizaciones y que en general podr�amos clasificar as�:

-         El del facilitador, que es aquel que ejecuta un gui�n de un programa siguiendo una programaci�n definida institucionalmente. Es quien tiene el contacto directo con el participante en el programa o recreacionsta.

-         El del programador, que es aquel que establece las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que se adelantar�n las acciones del programa recreativo y garantiza la disposici�n de los elementos para el proceso recreativo en la cantidad, calidad y momento requeridos de acuerdo con el dise�o.

-         El dise�ador, que es aquel que define el derrotero t�cnico y operativo que tendr� el proceso recreativo para alcanzar el desarrollo tem�tico establecido y la atenci�n de la poblaci�n objetivo.

-         El gestor, que es quien adelanta el proceso de priorizaci�n institucional de las intervenciones recreativas de acuerdo con las necesidades identificadas y los recursos dimensionados.

Visto as�, el problema no es que haya emp�ricos en las empresas o que se vinculen recreacionistas. Lo grave es que sean ellos quienes hagan la gesti�n, dise�en los programas, hagan la programaci�n y establezcan y dirijan a su buen criterio las actividades y �juegos� que realizar�n. Y peor a�n que sean ellos quienes formen las nuevas generaciones de recreadores.

Y ello no se subsana con organizar procesos de capacitaci�n que pretenden -obvio, fallidamente- formar recreadores en cuarenta horas.

Hemos insistido en que un buen mecanismo para avanzar en la profesionalizaci�n del sector puede ser el de la acreditaci�n, la cual supone previo estudio de competencias, y con base en los lineamientos t�cnicos y operativos que trace, un incremento de la idoneidad expresado en el reconocimiento p�blico a los actores de un sector.

No nos referimos a la habilitaci�n -que supondr�a que solamente quienes tienen el reconocimiento pueden actuar en el �rea- ya que ni es el inter�s sacar del mercado a los no profesionales ni sugerir la adopci�n de mecanismos draconianos sino avanzar gradualmente hacia la sensibilizaci�n social sobre la importancia y trascendencia del trabajo profesional en recreaci�n, la adecuaci�n de las instituciones formadoras para que puedan actualizar programas y cualificar talento humano ya actuante.

Una acreditaci�n se impulsa cuando los profesionales desean ser considerados como poseedores de conocimientos de experto sobre materias t�cnicas relacionadas con su campo. Y ya estamos en ese nivel en el continente.

 

 

 

 

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