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Una de las reflexiones m�s interesantes sobre la recreaci�n al aire libre -com�nmente conocida en ingl�s como Outdoor Recreation- la encontramos en el libro Introduction to Recreation and Leisure Services de Karla Henderson et. al, quienes dedican en su octava edici�n un cap�tulo espec�fico al tema de las interfases ambiental y humana, abordando las siguientes: - Recreaci�n al aire libre - Educaci�n ambiental y al aire libre - Gente y recreaci�n al aire libre. Pese a las especificidades propias de nuestros pa�ses con respecto a las condiciones norteamericanas que inspiran a los autores del libro, hay algunos apartes pertinentes a nuestra realidad y que se presentan seguidamente.
1. La Recreaci�n al aire libre As� como los ambientes naturales y al aire libre son laboratorios naturales para estudiar y preservar la ecolog�a sin alteraci�n, igualmente deber�an ser lugares para que la gente los visite, se recree y de donde pueda retornar renovada espiritualmente, retada f�sicamente y comprometida socialmente. En s�ntesis, los parques y zonas silvestres proveen fundamentos para oportunidades de recreaci�n y juego. La recreaci�n al aire libre ha sido un componente de nuestras sociedades. La necesidad por la preservaci�n y conservaci�n de espacios al aire libre brind� un gran impulso a los sistemas de parques naturales y reservas forestales en nuestros pa�ses, conllevando usualmente el compromiso de proveer �reas e instalaciones al aire libre como un componente de los servicios del gobierno. El concepto de derecho a expropiar fue dise�ado como una forma para que los gobiernos pudieran anular los derechos sobre la tierra de individuos si la necesidad por territorios de preservaci�n y recreaci�n fuese juzgada como un bien social para el bienestar de la poblaci�n. Cuando la recreaci�n disfruta tal designaci�n como algo importante para el bienestar y el capital social, se presentan los casos de aplicaci�n de la� expropiaci�n con esta finalidad. En tales circunstancias es evidente que el sacrificio de las necesidades y derechos de un individuo es indicativo de los costos ocultos frecuentemente con percibidos por los usuarios de los parques, quienes dan por descontado el medio ambiente. Aunque se presentan variaciones tanto en el entusiasmo por la recreaci�n al aire libre como en la preocupaci�n acerca del medio ambiente requerido para los variados intereses por actividades en �l, el tener establecidos ambientes para recreaci�n al aire libre y el buscar ofrecer experiencias al aire libre han sido de una u otra manera materia de preocupaci�n para gobiernos, S�ntoma de la creciente sensibilidad por la recreaci�n al aire libre, es la intensificaci�n del debate entre quienes abogan por el desarrollo comercial e industrial de los recursos naturales y quienes propugnan por la preservaci�n de la tierra, debate del cual no pueden marginarse los profesionales de la recreaci�n involucrados en el campo de de la administraci�n de recursos recreativos.
2. Educaci�n ambiental y al aire libre Durante las �ltimas d�cadas se ha desarrollado un creciente inter�s por la protecci�n del aire libre y el medio ambiente de la poluci�n, de los desarrollos industriales innecesarios, de la expansi�n urbana descontrolada y de la destrucci�n sin sentido de los recursos naturales. Ello ha generado la conformaci�n de movimientos que asumen diferentes formas, y si bien estos esfuerzos han tenido alg�n impacto sobre el movimiento recreativo, son precisamente los participantes en escuelas al aire libre y en procesos de educaci�n ambiental quienes han tenido una relaci�n m�s cercana con los sistemas institucionales de recreaci�n y tiempo libre. El inmenso potencial de articulaci�n recreaci�n - ambiente se deriva del hecho concreto que la naturaleza brinda el mejor ambiente de aprendizaje para su estudio, y que �ste se potencia a�n m�s si se asume desde una perspectiva y una metodolog�a l�dica. Para que la recreaci�n ambiental pueda dinamizar procesos de educaci�n ambiental consideran fundamentales las siguientes premisas: 1) Desarrollar una �tica ambiental que impulse el trato a la tierra y sus recursos con respeto y resulte en una acci�n ecol�gica �tica en la gesti�n de los parques y reservas naturales, 2) Desarrollar aspectos cognitivos de las interrelaciones de todas las facetas del ecosistema, incluyendo una comprensi�n b�sica de principios ecol�gicos, sociol�gicos y culturales y que preparen l�dicamente a la persona para sopesar el impacto de su acci�n sobre el ambiente, la cultura y la humanidad. 3) El convencimiento que la recreaci�n ambiental debe ser pensada a todos los niveles y perseguida a lo largo de toda la vida, desarrollando competencias para vivir confortablemente al aire libre y recrearse con un m�nimo impacto sobre el medio ambiente. En los aspectos m�s comunes de la relaci�n recreaci�n - ambiente con ese trasfondo educativo, infortunadamente la terminolog�a usada para describir los distintos esfuerzos es frecuentemente confusa porque la gente tiende a usar los t�rminos intercambiablemente. En el caso norteamericano, las escuelas p�blicas han sido un punto focal en los inicios de la educaci�n al aire libre, pero igualmente distintas instituciones ofrecen experiencias educacionales para adultos, siendo el Outward Bound y la National Outdoor Leadership School (NOLS) los programas m�s ampliamente reconocidos. Outward Bound es un programa basado en la aventura que provee oportunidades retadoras en escenarios silvestres, y que promueve auto-descubrimiento y entrenamiento de liderazgo. Como se�ala Magdalena Rosol, los programas de Outward Bound fueron desarrollados por el educador alem�n Kart Hahn durante la segunda guerra mundial, quien tuvo el prop�sito de preparar a los marinos brit�nicos para sobrevivir los rigores de la guerra. Despu�s de la guerra, Outward Bound tuvo una fuerte acogida en los Estados Unidos de Am�rica aplic�ndose r�pidamente en programas con j�venes con problemas emocionales, psicol�gicos y de comportamiento. Su curr�culum y filosof�a est�n basados en el supuesto que la gente aprende mejor cuando hace -aprender haciendo-, por lo que sus programas est�n centrados en la experiencia y usualmente tienen lugar al aire libre -outddoor- en lugar de en recintos cerrados -indoor-. La filosof�a principal es que los ambientes silvestres brindan el mejor ambiente de aprendizaje porque no le son familiares a los estudiantes y la inmersi�n total en un medio agreste es necesaria para alcanzar un m�ximo impacto. �NOLS ofrece cursos que desarrollan un conocimiento b�sico, habilidad y experiencias necesarias para un m�nimo impacto del uso y disfrute de ambientes naturales enfatizando seguridad, juicio, liderazgo, trabajo en equipo, habilidades al aire libre y estudios ambientales. Estos cursos son espec�ficamente dise�ados para gente que quiere trabajar profesionalmente como educadores silvestres. Algunas universidades y colegios han ampliado estos programas ofreciendo cr�ditos escolares a los participantes. Tales entrenamientos, as� como una variedad de programas experiencialmente fundamentados, contin�an con los esfuerzos para ofrecer experiencias de aprendizaje al aire libre a trav�s de los a�os adultos.
3. Gente y recreaci�n al aire libre Es de anotar, que el inter�s por el medio ambiente y la recreaci�n ambiental igualmente ha crecido paralelo al desarrollo de las v�as de comunicaci�n y de las industrias tur�sticas y de implementos deportivos, y cuando uno se expande, lo hacen los otros. En la medida que m�s personas se vuelcan a �reas al aire libre para alcanzar algunos de sus intereses recreacionales, aumenta la presi�n que ellos ejercen sobre estas �reas, y ello ocurre simult�neamente con la que ejercen sobre el medio ambiente las industrias, los prestadores de servicios y ciudadanos que demandan mercanc�as provenientes de la explotaci�n de los recursos naturales.� Tal situaci�n se presenta en un escenario con diversas percepciones sobre el medio ambiente y deriva en m�ltiples debates acerca de la mejor manera de administrarlo, siendo uno de los temas de m�s controversia y preocupaci�n para los participantes y los profesionales de la recreaci�n interesados en el aire libre, el de la relaci�n uso - preservaci�n de los recursos naturales lo cual trae impl�citas las consideraciones sobre accesibilidad, disponibilidad y uso. El principal foco del problema se da sobre la cantidad de uso que un �rea puede soportar antes que se le haga un da�o severo o irreparable (v.gr. capacidad portante),� confront�ndose la dicotom�a entre dejar el �rea completamente en su estado natural o desarrollarla para empresas recreacionales o de negocios (miner�a, exploraci�n de petr�leo), y posibilitar su visita y disfrute. Asumir que existe una capacidad portante supone entender que un recurso tiene un nivel natural de productividad el cual debe ser controlado para que el recurso sea sostenible. La capacidad portante recreacional estar� referida pues a la relaci�n entre la experiencia recreacional esperada y el recurso recreativo.� Esta relaci�n puede ser traducida en el m�ximo n�mero de personas y tipos de usos que un �rea puede soportar durante un tiempo determinado sin perjudicar el ambiente o la experiencia del visitante. Por ejemplo, la vivencia obtenida en una caminata por las monta�as es diferente si uno no se encuentra con ninguna otra persona durante todo el d�a, a tener que caminar por un sendero tan congestionado como una calle del centro de la ciudad. Que tanto puede tolerar el entusiasmo de un visitante antes que se vea reducido a causa del n�mero de personas que encuentra en su experiencia recreativa es una forma de explicar el concepto de capacidad portante. Esta amplia perspectiva de la capacidad portante recreacional reconoce el papel tanto de la capacidad social como de la capacidad ecol�gica. Su determinaci�n se convierte en un proceso tanto sociopol�tico como biof�sico, por lo que ser� producto de juicios de valor as� como cient�ficos donde los valores de los administradores y usuarios deben ser usados para alcanzar un juicio colectivo. La conveniencia y la accesibilidad determinan en gran medida la cantidad de uso que un �rea recibir�. A algunas �reas va mucha gente y la administraci�n de los visitantes se torna importante. El impacto negativo de grandes cantidades de personas visitando un �rea natural se nota, entre otros aspectos, en la poluci�n por los veh�culos, en los montones de basura, en la inseguridad y vandalismo, en el deterioro de instalaciones y zonas y en el requerimiento de una mayor presencia de unidades de primeros auxilios. Los administradores de los parques deben as�� enfrentar, simult�neamente, el proceso de tomar decisiones administrativas cada vez m�s complejas y una asignaci�n de recursos presupuestales y humanos frecuentemente disminuidos. Algunas pol�ticas operativas como cuotas diarias de visitantes, acceso exclusivamente con autorizaci�n y planes de tr�fico, est�n entre las posibles soluciones a los problemas de alto uso o sobre utilizaci�n. Las autoridades y los profesionales de recreaci�n tambi�n enfrentan la situaci�n que muchos parques naturales son inaccesibles para la mayor�a de la poblaci�n, lo cual va de la mano con su ubicaci�n en zonas con baja densidad de poblaci�n. Estos parques est�n b�sicamente retirados de las grandes concentraciones urbanas, en zonas particularmente menos densamente pobladas. Pese a las diferencias que se presentan entre los distintos pa�ses, es com�n que las �reas naturales nacionales localizadas cerca de las grandes ciudades, que son las menores en n�mero, sean precisamente las que tengan un uso m�s intenso, contrastando con las m�s numerosas, que son las retiradas de los grandes centros urbanos, y que tienen un menor uso. Otro aspecto relacionado con el c�mo los recursos naturales deber�an ser usados se centra en el de la problem�tica de su preservaci�n y conservaci�n. La preservaci�n de los medio ambientes naturales incluye el mantenimiento de procesos ecol�gicos de largo plazo y la gesti�n para proteger los recursos de la influencia humana. La conservaci�n es asociada usualmente con los recursos naturales renovables y su uso en el tiempo de la manera m�s ben�fica posible, evitando su derroche. La conservaci�n involucra el ciclo de uso inteligente y� reabastecimiento oportuno de los recursos a medida que ellos se van da�ando o agotando parcialmente.� As�, la reforestaci�n apropiada es un ejemplo de conservaci�n pero no de preservaci�n. Posiblemente algunas personas preferir�an ver todas las �reas naturales, particularmente las �reas silvestres, preservadas todo el tiempo. En las �reas silvestres -�reas cuyo car�cter primigenio e influencia han sido afectadas preponderantemente por las fuerzas de la naturaleza y en las que la impronta humana no se nota, y donde las oportunidades para la soledad son significativas- pueden ocurrir ciertos tipos de recreaci�n al aire libre de m�nimo impacto, por lo que la gesti�n de la recreaci�n debe estar comprometida es con el ambiente natural. Esta estructura de valor es inherente a una filosof�a biocentrica de la recreaci�n al aire libre. Esta postura filos�fica reconoce a los humanos solamente como una pieza de una red interconectada de relaciones naturales en que las situaciones existentes no necesariamente ponen las necesidades y deseos humanos en primer lugar. Bajo este enfoque las �reas silvestres deber�an ser usadas para caminatas bajo condiciones primitivas y el foco de la gesti�n deber�a centrarse en mantener la integridad del ambiente cuando se usa el recurso para prop�sitos recreativos. El resultado podr�a ser que alguno de los deseos de los recreacionistas queden insatisfechos si ellos son, en �ltimas, incompatibles con el mantenimiento �ptimo del recurso natural. Tal es el caso por ejemplo de prohibir el acceso de excursionistas a algunas zonas del parque natural en �pocas en que algunos animales afrontan limitaciones clim�ticas para alimentarse, limit�ndose as� el derecho de los acampantes para compartir con ellos. Otras personas prefieren ver las �reas de reservas naturales con la recreaci�n como uno de los m�ltiples usos de estos recursos renovables. En esta perspectiva se considera que deber�a tenerse una m�s amplia gama de actividades de recreaci�n al aire libre que en una perspectiva biocentrica, ya que las instalaciones y servicios de apoyo est�n permitidos para un balance entre actividad humana y el ambiente. Esta perspectiva antropoc�ntrica subraya la importancia del desarrollo del medio ambiente para una mejor respuesta a los deseos de las recreacionistas aun si estos pueden quitar algo de la integridad del ambiente natural. Una aplicaci�n de este punto de vista puede encontrarse en algunos parques naturales donde un �rea central principal es desarrollada para satisfacer las necesidades de los visitantes. Estas infraestructuras pueden incluir alojamientos, tiendas para comprar provisiones y recordatorios, alquiler de equipos, �reas educacionales, y actividades de recreaci�n estructuradas. Algunas ventajas econ�micas pueden beneficiar a comunidades locales a trav�s de la recreaci�n ambiental, pero la clave es el balance del turismo con la conservaci�n. La alianza requiere la comprensi�n de las necesidades de los visitantes, art�culos, y administradores de los recursos. Finalmente, otras personas prefieren abogar por los usos humanos de los recursos naturales como la prioridad principal. Aunque no existe un acuerdo universal por este enfoque, este es asumido como la perspectiva maximizadora. El desarrollo extenso de instalaciones y el uso maximizado de los recursos para atender las demandas de los recreacionistas deber�a ser la prioridad fundamental. Ressorts e instalaciones comerciales de recreaci�n al aire libre que ofrecen una variedad de servicios para intentar satisfacer las necesidades de cada uno, son ejemplos de este tipo de perspectiva. Las propuestas de desarrollo de algunas reservas o �reas naturales en que se ha encontrado petr�leo y se considera su explotaci�n es tambi�n un ejemplo del deseo de poner las necesidades humanas como la prioridad cuando surge un conflicto entre uso y preservaci�n.�� �As�, la preservaci�n y desarrollo de recursos naturales en el futuro estar�n desafiados por el conflicto de las demandas entre la gente y el medio ambiente. Comportamientos recreacionales diferentes requieren tipos particulares de escenarios.� Se necesitar� un balance entre�� las perspectivas bioc�ntrica, antropomorfica y maximizadora. Los espacios de recreaci�n son bienes p�blicos, limitados en n�mero y tipo de experiencias que pueden acomodarse en ellos. Los profesionales de parques y recreaci�n deben hacer uso completo de �reas de recreaci�n no tradicionales tales como centros comerciales, bibliotecas, jardines p�blicos, refugios privados y espacios abiertos como cementerios. Estas �rea tambi�n brindan oportunidades para satisfacciones recreativas y deber�an ser consideradas como complementos para aquellas �reas fr�giles e instalaciones al aire libre manejadas por las agencias de recreaci�n. Es necesario pues un enfoque sistem�tico para la planeaci�n, desarrollo y mantenimiento de todos los recursos potenciales de recreaci�n.
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